Alrededor del mundo
encuentros con la naturaleza y ciudades antiguas desde 1992. Videos en
La Naturaleza es indomable, impredecible. No hace falta más que sentarse por un largo rato, para darse cuenta que nada de lo que ocurre alrededor es predecible. Y en esa incertidumbre encuentro mucha paz, amor, reflexión y muchas sensaciones.
En la Naturaleza, lo nuevo lleva siglos, y lo viejo permanece más que la vida humana. Siempre hay algo nuevo: donde hubo un volcán, hoy hay selva, donde hubo selva, hoy desierto, y así en cada ecosistema.
Y observando eso, no dejo de imaginarme la magnitud de los cambios, segundos de fuerza, para cambiar el paisaje en forma repentina.
Gracias a las decenas de personas que, me explicaron, me contestaron preguntas. Ellos dedican sus vidas a comprender una parte de un todo fantástico, dejando su contribución al conocimiento, apasionados, con su tiempo y energía, que es lo único que tenemos.
Las explicaciones son increíbles, las hay gracias a ellos y me encanta escucharlos.
Sólo puedo estar ahí un tiempo, observando en silencio, haciendo alguna actividad y mirando detalles, una parte, a través de la cámara, para intentar capturar algo de eso y compartirlo después.
Soy consciente que capturar remite a un solo sentido, la visión. Compartir todo lo que ocurre, pienso que no lo voy a lograr, porque los 5 sentidos se activan en presencia.
Lo que observo, es parte de una dinámica, la Naturaleza, las Civilizaciones y lo que dejaron. Una dinámica que siento es mayor a lo que pueda contar, miles de especies, rocas, etc. todo junto. Preguntar, encontrar respuestas. A veces.
Priorizo un lugar por un sentir del momento, o una curiosidad que arrastro de chico, y por muchos motivos más, pero es ahí donde quiero ir.
El impacto que tiene en mi estar ahí, genera un montón de sensaciones e imaginaciones y reflexiones, en mi cabeza y en mi corazón. Naturaleza, arte, vida se unen en mi sentir.
De chico miraba documentales, leía revistas de Naturaleza y me decía a mi mismo: “estar ahí”.
Frente a la Naturaleza, me siento parte de lo desconocido y parte, estoy en el lugar que la Misma me puso y me da aire todos los días, y si, en un instante de esa transformación continua, que es el que me toca.
Gracias a los que compartieron viajes, mis hermanos, amigos y las personas que me crucé, todo esta integrado.
“Viva la vida”.
Claudio A. Logaldo