Trabajo como artista visual, además de ejecutivo en estrategia e innovación.
Mi obra fluye a través de múltiples disciplinas artísticas: instalaciones de video y sonido, animación, fotografía, fotografías intervenidas, pinturas, collages, medios mixtos, esculturas y murales, creando un cuerpo de trabajo ininterrumpido y en constante evolución.
Exploro la interconexión entre la naturaleza humana y el mundo natural, investigando los espacios que atravesamos en la vida—espacios de continua transformación y dinamismo. Estos son ámbitos que no pueden ser completamente articulados en términos intelectuales; deben ser sentidos, la existencia significa más de lo que pensamos. En un mismo espacio, la serenidad y el caos coexisten, la libertad y el confinamiento se superponen, el alivio y la desesperación se entremezclan. Esta interacción de opuestos es esencial para el proceso de evolución, un recordatorio de que la vida es tanto equilibrada como impredecible.
Mi obra nace de viajes a paisajes naturales, durante expediciones en la naturaleza salvaje, y en la tranquila reflexión de mi estudio en Buenos Aires. Ya sea inmerso en la vida silvestre o explorando mi mundo interior, estoy en una búsqueda constante de las historias no contadas que emergen tanto de la Naturaleza como de la naturaleza humana.
En el año 2000, comencé a estudiar fotografía creativa y artes visuales con Rodolfo Lozano (director de cine, publicista, fotógrafo artístico) individualmente y en su laboratorio creativo de arte. Asistí además, desde 2016 hasta 2020 al Laboratorio de análisis de obra semanal de Ananké Asseff y durante el 2019 al Taller semanal de pintura de Adriana Ablín.
Durante 2014, dos obras (A cielo abierto y En tránsito) fueron seleccionadas por la Academia Nacional de Bellas Artes y el Salón Nacional de Artes Visuales en Argentina y durante el mismo período participé en exposiciones individuales y colectivas en Buenos Aires